Aguas del océano,
que danzan en ondulantes remolinos pausados,
que acarician delicadamente las enormes rocas erosionadas
que reposan en el fondo,
y esa luz invisible,
que el sol proyecta,
iluminando la belleza de esos fondos,
atravesando sutilmente su transparencia.
Foto y texto: Gonzalo Bautista.
Con COPYRIGHT del propio autor.
DERECHOS RESERVADOS.
7 comentarios:
"Agua suave, mansa, sinuosa... quién fuera roca!
Con esta imagen dan ganas de sentarse en las rocas... oler el mar, oir el vaivén de las olas, bañarse de sol y ver como el agua juega con mi reflejo...
Eso me da mucha paz.
Uff ...y sigue lloviendo!!!
Así saqué esa foto, sentado en una roca, e impregnándome de olores, sonidos, e imágenes. Maravillas del Atlántico.
Me llené de paz.
Un abrazo oceánico, Gabado.
Me gusta sentarme en las rocas del mar, contemplar el vaivén de las olas, dejarme llevar por su eterna cadencia, respirar, sentir sin pensar... nada más sentir.
Un abrazo desde tierra adentro, y añorante de mar.
Me encanta, Flautista. Hace mucho que no voy al mar. Como me gustaría ser abrazada por las aguas..., esas si que curan.
Preciosa foto.
Alguien me dijo en una ocasión, que los duendes son de tierras adentro. Pero yo he inventado a los duendes del mar. Y con frecuencia, recibo abrazos del océano.
Gracias Carmen, y Azul, un placer saludarles.
Tu eres el duende por excelencia, con atributos para mar, tierra y aire...
Ya veo, Pluvis. No tengo remedio.
Jajajajaja,....
Un abrazo y gracias.
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