Perfilada ladera,
de recortada silueta,
piel agrietada,
de volcánicas texturas,
te dejas acariciar,
por las fuertes brisas,
huracanadas,
que sin contemplación,
te azotan.
Pequeños arbustos,
asustados,
cohibidos,
se cobijan,
entre tus grietas,
y a la vista,
sólo percibo,
aridez,
desolación,
soledad.
Pero un grupo,
solitario,
de pequeños arbolitos,
sobrevive,
abrazados,
a la vida,
adornados,
de frondosidad,
decorando bellamente,
tu silueta,
ladera perfilada,
de un gigante dormido,
de un volcán que descansa,
que duerme,
que por sus venas,
corre sangre,
de fuego.
Es ladera,
de un volcán.
Gonzalo Bautista, Abril de 2010.