LA BELLEZA DEL DESIERTO.

Ya había concluído mi jornada laboral, y me disponía a desplazarme hacia el aeropuerto con el fin de tomar el avión que me devolviese a mi lugar de residencia.

Pero aún era pronto, faltaban más de seis horas para poder facturar mi equipaje, y por ello decidí relajarme dando un paseo.

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Aquel lugar se llamaba: "Espacio Natural Protegido De Las Dunas De Corralejo".

Me quedé mirando, tan maravillado por su belleza, que me propuse dejar el coche a un lado, y echarme a caminar. Y casi sin darme cuenta, estuve más de hora y media recorriendo y observando toda la hermosura y la singularidad de aquel bello paraje. Equilibrio natural, pequeños ecosistemas, formas caprichosas, características que me impulsaban a la observación del detalle y sus curiosidades. No sólo desolación y muerte,

no sólo sequedad,

no sólo soledad,

también se respira vida,

equilibrio,

tranquilidad,

sosiego,

esperanza,

......

Todo un mundo desconocido para los que habitualmente vivimos en la ciudad.

Pero un lugar que no deja de transmitirme increíbles sensaciones de paz.

Es la belleza del desierto,

una belleza poco apreciada,

pero real, presente, y auténtica.

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Una vez más, una parte de mi alma quedó allí, para siempre.

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Fotos y Texto: Gonzalo Bautista.