Sentado en un banco de piedra, en el paseo marítimo del muelle deportivo, quedé sorprendido al observar con detenimiento las manifestaciones del movimiento de las aguas, acariciadas por el dulce tacto de la suave brisa.
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Los reflejos que en ellas se dejaban ver, en un incesante serpentear de formas que me mostraban una enorme creatividad visual, de belleza hipnotizante.
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El paso, casi casual de una pequeña embarcación de recreo, era la causante de unas suaves turbulencias que desplazaban el agua en forma de montículos en movimiento.
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Y mi mente quiso captar esos instantes mágicos, como expresiones artísticas de la propia naturaleza. Son abstracciones marinas. Y aquí dejo estas pequeñas muestras, para que puedan ser interpretadas con diferentes formas de ver el arte.
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Fotos y texto: Gonzalo Bautista.
Con COPYRIGHT del propio autor.
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